Alguna vez en el cielo de tu intimidad
Y el infierno de mi certeza
Cruzamos camino.
Porqué, aún no sé, pero no me queda duda
De que como ayer recalco tu mirada sinfónica
En el ahora preludio de un amor inconcluso.
Ya por decreto, ilegalmente traspasas mis fronteras,
Y atrincherado, delincuente, constituyes las lagunas
Institucionales de mi mente enferma.
Quizá, después de un tiempo
Revoque el decreto y lo configure
En tu obligación social de amarme.
Pero mientras, en defensa plena de la soberanía de mi cuerpo
Mientras el decreto se extingue,
Me defiendo porque violas mi vida
Con la misma insistencia que invocas y
profesas amor hacia esa que no conoces.