recuerdo las noches de playa y los días de calor vespertino.
Atormentada de placer intangible que me mata recordando tus besos
me inmuta tu sonrisa impenetrable
sumisa solo ante tus ojos.
Es bajo la luna matutina que me obligo a olvidar
que intenté olvidarte. Me mantengo firme,
sin chantajes hacia la mentira de las caricias arrancadas.
Me robaste la vida
me la quitaste toda. Es tuya, siempre lo fue.
Aún si la luna no se asomaba
yo ya sabía que todita yo era todita tuya.
2008
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